Parece mentira que cada verano se desate un verdadero infierno en la cordillera patagónica. El último gran incendio fue en marzo del 2021, en el paralelo 42 y fue una de esas noches que muchos nunca olvidarán cada vez que miraban al cielo anaranjado en la oscuridad de la noche
El fin de semana, pocos hicieron eco de un hecho ambiental de gran magnitud. Es que se desató un devastador incendio en cerro Currumahuida, Chubut, cerca del conocido laberinto de El Hoyo, donde las llamas intensifican su poderío con el correr de las horas y las autoridades corren contra el tiempo.
La última toma de decisiones fue declarar la alerta naranja y evacuar la zona de El Hoyo para evitar una catástrofe y salvar vidas en un intento por apaciguar la inclemencia y voracidad de las llamas.
En el lugar trabajan varias unidades brigadista del Servicio Provincial del Manejo del Fuego con bases en Golondrinas, Epuyén, Lago Puelo, El Maitén, Puerto Patriada y Cholila con apoyo de la Brigada Nacional, Vialidad Nacional, Comisaría y Bomberos Voluntarios de El Hoyo.
Se desconoce en que momento comenzó el incendio, pero se tiene data de declarar las primeras llamas entre las 15:30hs a las 16:00hs del día de ayer.
Alerta naranja: que significa
En situaciones donde la vida, el inmobiliario y/o ambiente son afectados o amenazados por desastres naturales, los estados gubernamentales pueden declarar, mediante el monitoreo, distintos tipos de alerta, desde verde, amarilla, naranja hasta roja.
Estas declaraciones se basan en la categoría del desastre para definir el color, el tipo de alerta de acuerdo al evento, la fecha y los personajes afectados o por afectarse.
El último alerta generado para la zona de El Hoyo es «alerta naranja» y supone advertir a la población de un inminente peligro por lo que deben preparar una mochila con lo necesario (botiquín, alimentos y agua) para ser, posiblemente, evacuados lejos de la zona de peligro.
Esta medida alcanza a los parajes cercanos de El Desemboque, El Sauzal, El Pinar, y la zona de la Z, con escasa circulación vehicular, a menos, de ser sumamente necesario y habilitado por el personal competente en la zona de peligro.
En las últimas horas del día de ayer, muchas personas ya habían sido evacuadas tras el avance de las llamas que arrasó con viviendas y zonas urbanizadas.
Intencionalidad: ¿un llamado o una amenaza?
Las causas del incendio aún no precisan el origen. Se presume un incendio intencional, ya que, pasada la medianoche, apareció un panfleto del RAM que profesa “no pararemos hasta que la Patagonia arda y recuperemos nuestro territorio”.

El gobierno optó por no brindar mayores declaraciones al respecto, aunque, este portal supo saber que actores sindicales están abocados a la investigación, procedencia y responsables del panfleto.
A 2 años desde el incendio de El Hoyo
Este 9 de marzo se cumplirán dos años del último incendio forestal de tan magnitud que despertó la colaboración de toda una nación y la frontera para socavar la voracidad de las llamas que arrasaron con todo lo que tocaban.
Todo comenzaba en la media tarde, cuando un foco ígneo comenzaba a surgir entre viviendas de la ladera y la sequedad que azotaba hacia meses la zona. Aunque los vecinos trataron de apagar las llamas que cobraron vida en segundos, nada pudieron hacer. En cuestión de horas, la zona del Paralelo 42 se vio afectada por una humareda colosal y un resplandor interior anaranjado que consumía viviendas y el bosque mismo.

Aunque el accionar de Gendarmería, Bomberos y Defensa Civil fue rápido, no pudieron contener el avance de las llamas que cortó la circulación de cientos de turistas y residentes. Esa noche, nadie pudo dormir ante el fulgor rojizo del cielo. Un incendio devastador que arrasó con alrededor de 13.000 hectáreas en Lago Puelo, Las Golondrinas y El Hoyo, dejó víctimas fatales y casas destruidas. Durante varias horas el paraíso se convirtió en un infierno.
La lupa del Ministerio Público Fiscal de Chubut está desde hace un año sobre esa zona, pero aún no pudieron establecer responsabilidades como para formular cargos contra personas sospechadas.
¿El saldo? Más de 500 viviendas destruidas y la muerte de Sixto Garcés (50), María Briones (51) y José Luis Rivero (68) así como cientos de animales, mascotas y fauna silvestre. Un daño que impacto en el corazón de cientos de cordilleranos y sin un culpable, más que el imparable avance del fuego.
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