Plan Colossal: el ambicioso proyecto genético

Un equipo de científicos se asoció a un grupo de empresarios con el fin de poder resucitar al extinto mamut lanudo a través de métodos genéticos. Para ello, crearon una compañía denominada Colossal, que pretende introducir miles de mamuts en Siberia en aproximadamente cuatro años.

Para George Church, genetista y biólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, cofundador de la empresa Colossal la idea de traer de regreso al extinto mamut no es una idea descabellada, sino, un objetivo fundamental.

“Esto marcará toda la diferencia del mundo”.

La empresa, fundada por Church y su colega empresarial Ben Lamm, cuenta con un fondo inicial de 15 millones de dólares destinada a financiar esta investigación y desarrollo de volver a la vida a los gigantes mamuts que supieron vivir en la pre-historia.

Desde Colossal intentarán editar el ADN del elefante agregando los genes responsables de las características del mamut, como el pelo tupido y la amplia capa de grasa para que soporten el frío. Los científicos esperan fabricar embriones de elefantes similares al mamut en unos cuatro años y, en algún momento, generar poblaciones enteras de estos animales.

El plan «Colossal»

La primera vez que se escuchó hablar de desarrollo genético de especies extintas fue en el marco de una charla pública que organizó la National Geographic Society en 2013 y en la que participó Church.

En ese momento, los investigadores explicaron que se encontraban trabajando en la reconstrucción del genoma de especies extintas con base en fragmentos del ADN recuperado de los fósiles.

Explicaron que consiguieron identificar las diferencias genéticas que distinguen a las especies primitivas de sus primos modernos y comenzaron a buscar la forma en que esas diferencias en el ADN originaron las diferencias corporales.

Ben Lamm junto a George Church, líderes de la compañia Colossal.

En este contexto, Church se preguntó si en verdad podía resucitar una especie extinta reescribiendo los genes de un pariente vivo, como el elefante asiático, y que sea posible modificar el genoma para engendrar de forma biologica y natural un mamífero que lleve las características del antiguo mamut.

El objetivo declarado de la empresa es traer al mundo una cría de mamut en un plazo de cuatro años.

«Colossal revolucionará la historia y será la primera empresa en utilizar con éxito la tecnología CRISPR en la des-extinción de especies previamente pérdidas. En el viaje construiremos nuevas herramientas de software y tecnologías radicales para avanzar en la ciencia de la genómica en general»

Expresa la portavoz de la empresa Colossal.

Para Ben Lamm, la biotecnología y la bioeconomía en general son fundamentales para que la humanidad siga desarrollándose.

Es importante que todas las facetas de nuestro gobierno las desarrollen y comprendan lo que es posible»

Declaró Ben Lamm

Aseguraron que luego de esta investigación intentarán resucitar al tigre de Tasmania, un marsupial parecido al lobo que se extinguió por la caza excesiva a principios del siglo XX.

Involucramiento de la CIA

Una de las empresas, que apoya financieramente a la compañía Colossal, es In-Q-Tel; registrada como una empresa de capital riesgo sin ánimo de lucro financiada por la CIA.

Según asegura In-Q-Tel, la inversión de la empresa tiene que ver menos con los animales en cuestión y más con las capacidades de la tecnología. Esto se debe a que la resurrección de una especie extinguida supondría un salto tecnológico con implicaciones que van desde la conservación hasta la medicina.

Esta tecnología podría moldear los ecosistemas mediante la reintroducción de organismos, una forma de ingeniería ecológica que podría formar parte de las disputas nacionales del mañana.

Detractores en el escenario del desarrollo biotecnológico

Según Colossal, restaurar el mamut apoyará las economías locales y ayudará a desacelerar el deshielo del permafrost ártico, evitando la emisión de gases de efecto invernadero almacenados en él.

Del mismo modo, aseguró que «el liderazgo en biotecnología permitirá a Estados Unidos ayudar a establecer las normas éticas, además de las tecnológicas, para el uso de esta tecnología».

No obstante, para algunos científicos esto es un mero cuento de hadas.

Están en desacuerdo en que la des-extinción sea algo bueno ya que argumentan que los hábitats originales de la mayoría de los animales objetivo ya no existen y que los fondos destinados a este mega proyecto estarían mejor invertidos en la protección de especies que aún existen y pueden ser salvados.

Para Jeremy Austin, profesor de la Universidad de Adelaida y director del Centro Australiano de ADN Antiguo, este proyecto tiene que ver con la atención mediática de los científicos y menos con hacer ciencia seria.

Asimismo, gran parte de la comunidad científica mundial, consideran que la tecnología contiene un error conceptual base, ya que los animales que se fuesen a crear a partir de los genomas de las especies extinguidas y de sus primos actuales más cercanos, no serían los mismos animales que desaparecieron hace años. Serían especies sustitutivas: animales que se parecen y podrían actuar como los que ya no están.